sábado, 6 de junio de 2009

MIS DOS PAÍSES (Reflexión)


Estados Unidos de América es el país donde vivo, el que me adoptó y me acogió como una hija más, le señalan miles de defectos, está bien, nada es perfecto, pero lo cierto es que si vives en este país tienes muchas oportunidades, que posiblemente no tendrías en otros lugares del mundo.

Puedes ser un recién llegado, tener dos trabajos o hasta tres, pero si logras con todo tu esfuerzo, reunir un dinero y poner un pequeño negocio, quizás puedas empezar a crecer y tener una vida más holgada. Lo importante es que existe la libre empresa, nadie te niega la oportunidad de mejorar económicamente para tener un mejor futuro para ti y tu familia.

Por algo aquí vienen personas de todas las nacionalidades, de Latinoamérica, de Europa, de Asia, de África. Todos vienen buscando una oportunidad, algunos la alcanzan, otros no, porque hay muchos factores involucrados, suerte, esfuerzo, empeño, estamos hablando de oportunidades, no de milagros. Es como el cuento de Dios y los tres barquitos, Él te puede mandar todos los barcos que quiera, pero tú tienes que tomar la iniciativa y subirte al barco, porque si no, te ahogas.

En fin, que si "los americanos" piensan que viven en el mejor país del mundo, y eso los hace prepotentes y todo lo demás, al menos tienen razones para pensar así, ya que siendo una nación relativamente joven (con relación a Europa, que le lleva varios siglos de civilización) han logrado un desarrollo muy superior al viejo continente.

En el otro lado de la balanza está Cuba, el país donde nací, que alguna vez fue un maravilloso país, la Perla de las Antillas, el Edén del Caribe, se dice que llegó a ser el país más próspero de Latinoamérica, pero el destino se ensañó con él y le ha tocado vivir medio siglo de sufrimientos, bajo un gobernante que se ha enseñoreado de la isla y se cree dueño de todo cuanto existe en ese territorio.

Fidel se cree un ser supremo y le ha hecho creer a todos sus súbditos que es Dios, y algunos lo ensalzan como el todopoderoso, ¿y qué ha hecho su Excelencia Fidel Castro?

Tomó en sus manos un país que era una verdadera joya y lo transformó en cenizas; prometió hacer una revolución y lo que logró fue una total involución; dijo que acabaría con la corrupción y la prostitución y lo que hizo fue convertir la isla en un prostíbulo a donde acuden los clientes del mundo entero, buscando sexo barato; la educación es gratis, pero los profesionales cuelgan su título en un marco y prefieren dedicarse al turismo y a la prostitución porque si ejercen sus profesiones, se mueren de hambre; la medicina es gratis, pero los hospitales son focos de infección, donde si entras por una gripe, puedes salir lleno de bacterias y hasta encontrar la muerte, o sea, que en los gratuitos hospitales cubanos, puede ser peor el remedio que la enfermedad.

Se ha pasado medio siglo prometiendo a sus súbditos que "hay que sacrificarnos por un mejor futuro" y varias generaciones de cubanos han perdido su vida entera en el intento, sin ver los frutos prometidos, que ni ellos, ni sus hijos, ni aun sus nietos verán, porque el país cada día se hunde más, bajo la égida de un sistema que ha probado ser totalmente ineficiente.

Y lo más triste es que todos hemos sido conejillos de indias de un macabro experimento cuyo resultado es la destrucción total del país.

Amo a mi Patria y espero verla un día emerger de las cenizas como el Ave Fénix, para que futuras generaciones puedan vivir su vida a plenitud, sin que nadie dirija sus destinos. Pero mientras eso llega, agradezco a este gran país por haberme adoptado y permitirme vivir en libertad.

Miriam De La Vega
Junio 6, 2009

lunes, 1 de junio de 2009

MI DIOS ES UN DIOS DE AMOR (Opinión)


El amor ha ocupado un lugar protagónico en mi vida, he amado profundamente, hasta perder los estribos, he sufrido, he llorado y he padecido por amor, quizás eso es lo que me lleva a estar plenamente a favor del amor, en cualquier forma que se presente, el amor purifica el alma. Creo en Dios y Él es amor.

Un sacerdote, como hombre que es, siente las tentaciones de la carne y tiene apetito sexual, como cualquier otro hombre, también siente la necesidad afectiva de tener una compañía, una pareja, de recibir y dar amor.

La Biblia no dice en ninguna parte que el sacerdote, para servir a Dios, deba renunciar a tener una vida sexual y amorosa. Lo que sí dice es que Dios nos creó y nos dijo: "Creced y multiplicaos" y el ser humano no se reproduce por generación espontánea, sino a través de relaciones sexuales. En otra parte de la Biblia se expone que el hombre no debe estar solo.

Podemos inferir entonces que el error está en la propia institución de la Iglesia Católica Romana, que fue la que instituyó el celibato como condición imprescindible para convertirse en sacerdote y diseminar la palabra de Dios.

De igual forma, que Fidel no es Cuba; la Iglesia no es Dios. El sacerdote sirve a Dios, no a la Iglesia. Por lo tanto, si un sacerdote se enamora y quiere hacer vida de pareja, procrear hijos, y seguir sirviendo a Dios, y la Iglesia Católica Romana le niega esa oportunidad, ese derecho sagrado, ¿qué opción le queda si no cambiar a otra Iglesia donde pueda seguir ejerciendo su labor y a la vez realizarse como padre de familia?

Y esta Iglesia es la Episcopal, que tiene los mismos fundamentos de la Católica, pero sin la absurda exigencia del celibato, sin condenar a un hombre a estar solo y vivir huérfano de amor, por el simple hecho de querer servir al Señor.

Por eso, apoyo la decisión de Alberto Cutié, que durante de todos sus años de servicio a la comunidad ha demostrado ser un gran ser humano y un verdadero hombre de Dios y que precisamente por ser un hombre de Dios está lleno de amor, y el amor es un sentimiento que debe ser compartido.

Estoy segura de que nuestro Señor aprueba esta decisión, porque mi Dios es un Dios de amor.

Miriam De La Vega
Junio 1, 2009