domingo, 2 de enero de 2011

EN DEFENSA DE LAS LÁGRIMAS (Reflexión)


Me gusta la gente que ríe hasta las lágrimas, porque la risa es buena amiga del alma.

Me gusta la gente que se emociona hasta las lágrimas, ya sea viendo una película, o leyendo un buen libro, porque eso indica que debajo de su andamiaje exterior, hay sensibilidad.

Me gusta la gente que se estremece hasta las lágrimas en el clímax del amor. Cuando alguien llora durante una relación íntima, significa que no está teniendo sexo, sino que está haciendo el amor.

Me gusta la gente que no puede evitar las lágrimas ante el dolor ajeno y la injusticia. La solidaridad humana nos ayuda a crecer espiritualmente.

Las lágrimas sirven para limpiar el alma y enaltecer el espíritu. Cuando asomen lágrimas a tus ojos, no las reprimas, déjalas correr, no sientas vergüenza, si una lágrima indiscreta rueda por tu mejilla delante de alguien, no temas que te vean llorar, con eso solamente estarás demostrando que no eres insensible, que tienes sentimientos, que eres capaz de amar, de sufrir y de compadecerte ante el dolor ajeno.

Tus lágrimas, si llegaran a brotar, solo demostrarán que eres humano.


Miriam De La Vega - MDLV Enero 2, 2011
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CONTÉ MIS AÑOS - Mário De Andrade


"Conté mis años y descubrí que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante que el que viví hasta ahora.

Me siento como aquel chico que ganó un paquete de golosinas: las primeras las comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocas, comenzó a saborearlas profundamente.

Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades. No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.

No tolero a maniobreros y ventajeros. Me molestan los envidiosos que tratan de desacreditar a los más capaces para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.

Ya no tengo tiempo para reuniones interminables donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.

Ya no tengo tiempo para soportar absurdas personas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.

Detesto, si soy testigo, de los defectos que genera la lucha por un majestuoso cargo. Las personas no discuten los contenidos, no, apenas los títulos. Y mi tiempo es escaso como para discutir títulos.

Quiero la esencia, mi alma tiene prisa. Sin muchas golosinas en el paquete, quiero vivir al lado de gente humana, muy humana. Que sepa reír de sus errores. Que no se envanezca con sus triunfos. Que no se considere electa antes de hora. Que no huya de sus responsabilidades. Que defienda la dignidad del hombre, y que desee tan solo andar del lado de la verdad y la honradez.

Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las personas…. Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a crecer con toques suaves en el alma.

Sí…. ¡Tengo prisa… por vivir con la intensidad, que solo la madurez puede dar!

Caminar junto a personas de verdad, disfrutando de un afecto absoluto y sin fraudes, nunca será pérdida de tiempo. Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.

Pretendo no desperdiciar parte alguna de las golosinas que me quedan. Estoy seguro de que serán más exquisitas que las que hasta ahora he comido.

Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia. Espero que la tuya sea la misma, porque de cualquier manera llegarás."


Mário de Andrade (1893-1945)

Poeta, novelista, musicólogo, historiador de arte, crítico y fotógrafo brasilero

(Un agradecimiento especial a mi amigo Secundino Vega por darme a conocer este magnífico mensaje literario)