jueves, 28 de noviembre de 2013

DANDO GRACIAS HOY Y SIEMPRE (Reflexión)


Llegó el día oficial de dar gracias. Es bueno que exista un día para agradecer, ya que muchos olvidan hacerlo durante todo el año. En mi caso, lo hago casi a diario, y he comprobado que mientras más agradezco, más recibo.

Generalmente, aprovecho el viaje de regreso a casa en la tarde, porque a esa hora ando sin apuro y estoy más relajada, así que ese es el momento del día que dedico a conectarme con mi Señor, para agradecerle por todas las bendiciones que me ha dado, y ahí comienzo a enumerarlas todas, una por una y la lista es bien larga.

Comienzo agradeciendo por el regalo de un día más de vida. Por mis sentidos, con los que puedo ver, escuchar, oler y tocar todas las maravillas que me rodean. Por tener mis brazos, mis piernas, mi mente, que me permiten andar, abrazar, pensar, amar. Por mi salud, que es un regalo invaluable. Por la bella familia que tengo, que es mi tesoro más valioso, formada por mi compañero de vida, mis hijos, las parejas de mis hijos y mis nietas y porque todos ellos tienen salud. Porque siempre tuve un trabajo, un techo, y un plato en la mesa. Porque tuve la oportunidad de vivir en tierra de libertad. Por mis hermanos, que aunque los veo poco, sé que están ahí y que están bien. Por mis sobrinos, primos y demás familiares y por todos mis amigos. 

También le agradezco constantemente por la familia que me acogió siendo muy pequeña, esas personas maravillosas que me regalaron una infancia inolvidable.

En fin, como ven la lista de mis bendiciones, es tan larga que casi siempre se me olvida algo, pero mi Padre celestial sabe que mi corazón está henchido de agradecimiento por todo lo que me ha dado en esta vida y que realmente me considero una hija consentida.

Siempre digo que esta celebración es una de las cosas que más me gusta de la cultura de este país, porque dar gracias es una acción que enaltece a los seres humanos. También me parece una linda celebración, porque es un día para reunirse y compartir en familia. Sería una pena que se desvirtuara el sentido de este día, dándole un significado comercial, como lamentablemente ha sucedido con las Navidades.

Brindo por todos ustedes y porque jamás se pierda el verdadero espíritu de Thanksgiving.


Miriam De La Vega
Noviembre 28, 2013

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