sábado, 5 de febrero de 2011

EL PLACER DE SER ABUELA (Relatando vivencias personales)


Cuando decimos que los nietos son criaturas adorables, no queremos decir que los hijos no lo hayan sido. En mi caso, doy fe de que mis hijos fueron la alegría de mi vida, los disfruté todo lo que pude, me encantaba jugar con ellos, les inventaba disfraces, saltábamos suiza, jugábamos yaquis, coloreábamos, jugaba a las casitas con la niña, les leía cuentos, les cantaba canciones y muchas otras cosas que ahora no recuerdo.

Durante los viajes a las playas del Este, íbamos en nuestro VW (léase Volkswagen) jugando a las adivinanzas, o al "veo veo", o "al barco lleno de...", o al "tun tun ¿quién es?", o al "¿quién yo?... sí usted". Y es que siempre me gustó que mis hijos me vieran como una compañera de juegos, porque quería que en el futuro me consideraran una compañera en la vida, creo que esto último lo logré a medias, pero al menos lo intenté.

Como decía, los disfruté mucho, pero no todo lo que hubiera querido, porque tenía sobre mis hombros la responsabilidad de educarlos, así que ellos podían verme como una compañera de juegos, pero siempre tenía que existir un límite, un espacio para esa dosis necesaria de respeto, para que mi labor como formadora de sus personalidades no se viera afectada.

Con mi nieta Angie esa responsabilidad es mínima, porque ahora son los padres quienes llevan esa carga, así que yo puedo disfrutarla con más libertad. Es por eso que a menudo los abuelos nos convertimos en los compañeros ideales para los nietos, porque podemos acompañarlos en sus juegos, así como permitirles y hasta respaldarlos en ciertas travesuras propias de su edad, siempre que con eso no se dañen ellos mismos o dañen a otros.

Hoy me llevé a mi princesita Angie a jugar al Mc Donald's, es la única forma de lograr que se embulle y coma algo, por lo menos allí, mientras juega, se come los chicken nuggets y unas manzanitas, acompañados por un apple juice, es por eso que la llevo a menudo.

Pero hoy especialmente nos divertimos muchísimo, cuando se fueron todos los niños, ella se puso a bailar y a cantar a sus anchas y quiso que yo cantara con ella, así que estuvimos improvisando canciones y riéndonos muchísimo de los disparates que cantábamos las dos. De regreso a casa, puse el volumen del radio al máximo y cantamos a todo pulmón con Marc Anthony, mientras ella lloraba de la risa.

Cuando llegamos a casa, antes de bajarse del carro, me dio un beso y un abrazo apretado, que por poco me saca el aire, fue como un premio que ella me otorgó por todo lo que disfrutamos hoy.

Cuando entré y miré el reloj, eran las 11:30 de la noche, faltaba poco para que la carroza se nos convirtiera en calabaza...


Miriam De La Vega
Febrero 5, 2011

8 comentarios:

  1. Me gusta mucho ese cuento es una bocanada, un soplo de aire de alegría y de intimidad.
    Gracias por compartirlo.

    Lisa

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  2. Gracias Lisa, me alegro que te haya gustado, lo que relaté aquí es muy real, es la pura vida.

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  3. Esos momentos majicos , no tienen precio,y ella, estoy seguro que la estas haciendo disfrutar lo que nadie mas que tu, le puede dar en esta etapa de su vida.
    Dino.

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  4. Espero que así sea, Dino, y que ella atesore estos lindos momentos en el baul de sus recuerdos más valiosos, para que nunca los olvide.

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  5. Adorable abuela, gracias por trasmitir ese sentimiento tan especial que muchas madres vamos a experimentar algún día. Las madres dedicadas -como lo has sido tú- se convierten también en abuelas dedicadas y amorosas, pero además eres una mujer de un corazón grande y muy generoso siempre dispuesta a compartirlo con todos, entonces es fácil de imaginar la entrega y calidad de entrega que le das a esa princesita. Un abrazo.

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  6. Ani, muchas gracias por seguir mi blog y dejarme tus comentarios. Precioso el que me has dejado hoy. Gracias.

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  7. Muy bonito tu escrito, ya mis nietos son adultos, cuando tuve mi primera nieta, tenia 38 años y aun trabajaba en Cuba, despues tuve el otro nieto casi seguido, de otra hija, nos divertiamos mucho la casa se llenó de alegria porque eran muy graciosos, les gustaba bailar, hacer comedias..Mi nieto que actualmente tiene 27 años y que es militar en este Pais, bailó cuando niño con la hija de Alicia Alonso ya que mi hija queria que fuera bailarin de ballet, pero un dia la profesora le dijo que él era muy buen alumno, pero que para bailar ballet no tenia madera, ya que sus poses eran fuertes, siempre cuando bailaba en alguna obra lo ponian en papeles no finos, es decir, una vez hizo de viejito, etc,. etc. la otra nieta le gustaba el arte dramático siempre iba a la Casa de Cultura de Santa Clara, llegó a ganar Premio Nacional de Arte, pero como son las cosas en Cuba, y por nuestras ideas en contra del gobierno todo quedó ahi....Ahora disfruto a mis dos nietas de 12 y 9 años y a mis 3 biznieticas preciosas,le pido a Dios mucha salud para todos y que ellas logren en este Pais sus sueños....Bendiciones

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  8. Muy lindo tu escrito Anónimo. En verdad que se quieren mucho los nietos, son una bendición, como un segundo aire que Dios nos regala en la madurez de nuestras vidas.

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