Este poema lo escribí inspirada en el testimonio de un niño que rescataron de los escombros del terremoto que afectó a Siria y Turquía, y dijo que pudo sobrevivir porque una figura de blanco lo visitaba y le daba agua y comida.
UNA FIGURA DE BLANCO
Después de la sacudida
una figura de blanco
le brindó agua y comida
y lo arropó con su manto.
Con un amor sin medida
lo levantó entre sus brazos
sanó todas sus heridas
y recogió sus pedazos.
Lo cuidaba noche y día
lo arrullaba con su canto
jamás lo abandonaría
hasta salir del barranco.
Con señales fehacientes
Jesús nos ha demostrado
que siempre estará presente
cuando lo necesitamos.
© Miriam De La Vega
Febrero 19, 2023
