REFLEXIÓN POR LA MASACRE DE PARKLAND (Reflexión)
Hoy
es un día aciago. La tristeza asola la ciudad y el dolor me anuda la garganta.
Las palabras se ahogan detrás de las lágrimas. ¿Hasta cuándo permitiremos que
se pierdan vidas jóvenes, llenas de sueños, de proyectos, de esperanzas? ¿Hasta
cuándo nuestros niños saldrán de la casa sin saber si regresarán?
Ir
a la escuela se está convirtiendo en algo tan peligroso e incierto como jugar a
la ruleta rusa, cuando nuestros hijos salen de casa, con el propósito de buscar
conocimientos y preparación para el futuro, pueden estar encaminándose al
encuentro con la muerte.
Basta
de pensar que eso no nos afecta a nosotros, no importa si ocurre en otra
ciudad, en otro estado, nada humano puede resultarnos ajeno, el sufrimiento de
otro, es nuestro propio sufrimiento, porque todos estamos conectados, todos
somos hijos de Dios y formamos parte de una misma conciencia universal y
además, tenemos que pensar que hoy puede tocarle al hijo de alguien que no
conocemos, pero mañana puede tocarle a nuestro propio hijo.
Esto
no se trata de partidos políticos, esto se trata de buscar la seguridad para
nuestros hijos y nietos, para las jóvenes generaciones y para su futuro.
Es
suficiente, esto no puede continuar, hay que hacer algo para parar esta
inseguridad y ¡hay que hacerlo YA!
- MDLV -
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