DESDE MI RINCÓN PERSONAL

  No sé cómo llegaste, pero lo presentía, que el tiempo de la espera debía terminar. Llegaste cual las olas que, en una mar bravía, alivia con sus aguas un sediento palmar. Llegaste sin pedirlo, aunque no imaginaba, que serías lejana cual sol crepuscular. Lejanos besos fríos como no lo esperaba, fugaz epifanía que me ha de castigar. Tal vez es la distancia que entre tu amor y el mío nos separa inclemente sin darnos un lugar. Distancia de los años que pasan como un río y dejan a su paso un profundo pesar. Tu cariño es la joya, prenda de amor vacío que pretende a lo lejos un amor sin amar; como pretende el fuego a las aguas del río y la sed de sus llamas nunca puede saciar. Quizás en otro plano de enluta circunstancia no importarán los años ni quererlos contar; no pesarán motivos, ni tiempo ni distancia y entonces, solo entonces, nos podremos amar. Miguel Ángel Silva 29/12/2023

  En este mundo complejo de alturas y medianías, de sorpresas y alegrías: no me quejo. Aunque me quede perplejo,  tras las sombras y el reflejo de las noches y los días, luces cálidas y frías: no me quejo. Y es que aún queda el gracejo de celebrar fantasías,  amores, melancolías, las delicias del cortejo de palabras tuyas, mías... de promesas tuyas, mías..., de tu caricia y consejo, del tiempo calmo y parejo a la suerte en su festejo... y no me quejo. Alonso Expósito Álvarez Todos los derechos reservados

Te reclamo un beso, no un beso cualquiera,  un beso de entrega, los ojos cerrados, caudal de embeleso de santa manera que reliquia fuera del tiempo pasado. Y me has contestado que ya me lo has dado, que bien me has besado con el pensamiento de amor extasiado en alas del tiempo. Ni raudo ni lerdo te reclamo un beso de ida y regreso en mutuo concierto... Sentir en mi exceso que en él yo me pierdo, sentir que yo muerdo tus labios aviesos, espacio en el tiempo más loco que cuerdo, porque el pensamiento no deja recuerdo. Te recla... ¡Delicioso! Te lo devuelvo... Alonso Expósito Álvarez © Todos los derechos reservado s

Vertiste en mi copa un sorbo de luz, un trago de paz, licor de virtud; se nota en mi ropa aroma al trasluz,  la tez del solaz cayendo en alud; amor a la roca sin agrio ni hiel,  un simple coctel en su plenitud; y busco en tu boca sabores de miel, el sol en tu piel, y brindo... ¡Salud! Alonso Expósito Álvarez   © Todos los derechos reservado s

Quizás la vida convoca a tu amorosa mirada, la mirada de una loca, una loca enamorada que no deja escapar nada porque todo cuanto toca es la dádiva dorada,  la caricia que sofoca, es la gran corazonada tras un beso de tu boca. Alonso Expósito Álvarez   © Todos los derechos reservados

Se escapa un pensamiento en libre vuelo, tan libre como una blanca paloma. Se eleva un triste sueño que se asoma y fluye sin alivio ni consuelo. Se escapa como el agua de un riachuelo, muriendo cual las rosas sin aroma. Mi sueño de su vuelo se desploma, se esfuma como adiós en un pañuelo. Al irse me ha dejado el alma herida, quizás debí soñarlo con empeño, furtivo, se escapó sin despedida. No quiero un sueño grande ni pequeño ni nada que me amarre en esta vida; truncado me he quedado sin un sueño. Miguel Ángel Silva © Todos los derechos reservados