LA FUERZA DE LA ORACIÓN (Vivencia Personal)


En septiembre del año 2017, estábamos bajo la amenaza del huracán Irma, que había alcanzado la categoría 5, y nadie dudaba de que su llegada a las costas de la Florida era inminente y de que nos impactaría con toda su furia, hasta llegamos a pensar que sería tan devastador, que muchos no lograríamos sobrevivir para contarlo. 

Recuerdo que en la oficina nos tomamos las manos y oramos y luego nos despedimos entre lágrimas, ante la incertidumbre de lo que pasaría, ni siquiera sabíamos si sobreviviríamos a la catástrofe que se avecinaba, ni cuándo nos volveríamos a ver.

En esa ocasión, yo tuve una experiencia inolvidable, y para dejar testimonio gráfico escribí una nota. Hoy la comparto con ustedes:

Escrito el día 8 de septiembre de 2017:

"Quiero transmitirles algo que me sucedió hoy. Fui a la iglesia, no a la misa, sino a una hora en que la iglesia está vacía, fui a hablar con mi Padre celestial, como siempre hago.
Me arrodillé frente al altar y oré, le pedí misericordia y protección para toda mi familia, mis amigos y en general para todos los habitantes de las zonas amenazadas por Irma, en Cuba y en la Florida.
Después me paré frente a la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, que se encuentra en la pared lateral derecha del salón y comencé a orar con todo mi corazón, con esa fe real que te estremece y te inunda los ojos de lágrimas. De repente, todo a mi alrededor se oscureció y la imagen de Jesús pareció animarse, como si cobrara vida y se llenó de luz, una luz maravillosa que lo iluminó todo.
Después de ese precioso momento, mi miedo se ha calmado y una paz interior ha llenado mi espíritu, siento una serenidad que me hace pensar que Él tiene un propósito para cada uno de nosotros y, por lo tanto, acepto sus designios en esta hora y en todas las horas de mi vida. Finalmente decreto: "Padre, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.''
Esto no es un relato fruto de mi imaginación, esto sucedió de verdad y me sucedió hoy mismo."

Quiero decirles que cuando salí de la iglesia, un sentimiento de profunda paz inundaba todo mi ser y en mi interior estaba convencida de que Irma ya no representaba ningún peligro grave para nosotros, y así fue, a última hora el huracán aplacó su furia y apenas rozó nuestro territorio, hubo pérdidas, pero no llegó al extremo de destrucción que se esperaba.
Por eso creo fervientemente en la oración y en el poder de la fe, porque a través de mi vida he tenido muchas pruebas como esta, en que el espíritu de Dios se ha manifestado y ha obrado milagros.

Miriam De La Vega
- MDLV -
 © Todos los derechos reservados

Comentarios

  1. Que casualidad, el lunes estuvimos conversando con dos amigos sobre la fuerza de la oración, de manera metafísica cómo funciona en nosotros. En la religión induistas se llama mantra, funciona de la misma manera en todas las religiones, es una forma de ordenar nuestras energías para poder pasar a una especie de otra dimensión donde una vez alineadas podemos ver cosas que el ojo humano no puede ver.
    A ese me refería cuando decía que más dudo de Dios, más creo en el porque buscando explicaciones se llega a la conclusión que es una obra divina, energía celestial que brota de nosotros, no la conocemos, pero en casos particulares son esas cosas que llamamos; milagros.

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    1. Muy buen comentario. Si puedes sígueme para que aparezca tu nombre cuando comentes y no aparezcas como anónimo.

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